¿Quién gobernará la inteligencia artificial? ¿Quién trazará las pautas para regular esta tecnología? Estas preguntas están siendo planteadas por numerosos gobiernos alrededor del mundo al observar cómo esta herramienta, comprensible solo para un grupo limitado de personas, está causando disrupciones en los sectores más importantes de sus economías y en la vida diaria de sus ciudadanos. Las Naciones Unidas pretende ayudar a los países en desarrollo a responder a estas interrogantes, evitando la fragmentación de ideas y estableciendo un estándar global.
Según estimaciones de PwC 1, la inteligencia artificial podría incrementar el PIB mundial en 15 trillones de dólares para 2030. Este impacto se debe principalmente a tres factores: (1) las ganancias de productividad derivadas de la automatización de procesos, (2) las mejoras en la fuerza laboral facilitadas por la inteligencia asistida, como ChatGPT, y (3) la creciente demanda de los consumidores por productos más personalizados. Se espera que China sea el país que más se beneficie, con un aumento del 26.1% en su PIB, seguido por Estados Unidos con un crecimiento del 14.5%. Latinoamérica, se proyecta con el menor impacto global, con un incremento del 5.4% de su PIB. Los sectores económicos que se beneficiarán serán, la salud, el sector automotriz, los servicios financieros y la manufactura.
Si examinamos la situación en República Dominicana, encontramos que el sector salud representa aproximadamente el 3% de la economía y ha experimentado un crecimiento acumulado sostenido superior al 9% en los últimos dos años. La manufactura local y de zonas francas constituye alrededor del 14% de la economía, aunque su crecimiento ha ido desacelerando desde principios de 2023. Por otro lado, la intermediación financiera, que representa alrededor del 4% del PIB, ha mantenido un crecimiento acumulado sostenido superior al 5%. El reciente informe de conectividad significativa de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE) 2022 2, nos dice que solo el 21.5% de la población tiene conectividad significativa.
Ante estos datos, surge la pregunta de si nuestras industrias estarán preparadas en términos de capacidad y acceso a la inteligencia artificial para aprovechar este potencial. ¿O dependeremos únicamente del turismo para capturar el aumento de ingresos que experimentan las economías más avanzadas?
En octubre del 2023 3, Las Naciones Unidas, preocupada por las asimetrías que la IA genera y seguirá generando, formó un Órgano Asesor de Alto Nivel sobre Inteligencia Artificial que estará encargado de crear instrumentos de gobernanza específicos para cada sector anclados en el derecho internacional, incluyendo la Carta de las Naciones Unidas, y el Derecho Internacional de los Derechos Humanos y otros compromisos internacionales acordados, como la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. El marco de gobernanza global pretende incluir con participación igualitaria a los estados miembros que tienen un notable déficit de computación, datos y talento, y además donde se concentran las 2.6 billones de personas que se encuentran sin acceso a internet. Diferente a otras iniciativas que se han creado únicamente para los países ricos como el G7, G20 y la OCDE.
También, este marco se está diseñando como un facilitador estratégico para crear ecosistemas de innovación alrededor del mundo, promoviendo la transferencia del conocimiento de modelos enfocados en el soporte a los objetivos de desarrollo sostenible, asegurándose de que nadie se quede atrás o que las iniciativas dependan de la benevolencia de un grupo de compañías que dominan el sector, como Amazon, Google y Microsoft 4.
En su versión preliminar, se han planteado 5 principios: (1) La IA debe ser gobernada de manera inclusiva para el beneficio de todos, (2) la IA debe ser gobernada en el interés público, (3) la gobernanza de la IA debe desarrollarse en consonancia con la gobernanza de datos y la promoción de los bienes comunes de datos, (4) la gobernanza de la IA debe ser universal, en red y basada en una colaboración adaptativa y multi-actor, y (5) la gobernanza de la IA debe estar anclada en la Carta de las Naciones Unidas, en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos y en otros compromisos internacionales acordados, como los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
¿Serán estas políticas de gobernanza palabras al viento? Este órgano asesor pretende crear una línea base en cuanto a estándares para finales del 2024, apostando a que los países construyan sus regulaciones a partir de ahí, teniendo en cuenta que la regulación va más lenta que las innovaciones y que el reloj se va moviendo. Recordemos el internet, y cómo llegó a revolucionar nuestras vidas; paulatinamente la regulación fue cubriendo temas como la privacidad, la seguridad cibernética, la propiedad intelectual y el acceso a la información, y estas todavía son cuestionadas, incluso abusadas por gobiernos autoritarios.
PwC. “Sizing the prize What’s the real value of AI for your business and how can you capitalise? “ PwC, 2017, https://www.pwc.com/ai-impact. ↩
Oficina Nacional de Estadísticas de la República Dominicana (ONE) , “Informe Conectividad Significativa” , 2024, https://www.one.gob.do/media/ly5hkxs3/informe-conectividad-significativa_.pdf ↩
Inter-Agency Working Group on Artificial Intelligence (IAWG-AI). “United Nations System White Paper on AI Governance: An analysis of the UN system’s institutional models, functions, and existing international normative frameworks applicable to AI governance”, 2024, https://unsceb.org/united-nations-system-white-paper-ai-governance ↩
United Nations, AI Advisory Body. “Governing AI for Humanity”, Dec 2023, ai_advisory_body_interim_report.pdf (un.org) ↩